Portafolio Agresivo Argentina - Junio 2021

10.06.2021

Contexto macroeconómico

Respecto al contexto internacional, los últimos datos de la economía norteamericana muestran que se afianza la etapa del ciclo económico expansivo. En el primer trimestre la economía se expandió un 6,4% anualizado respecto al trimestre anterior, cifras no vista en lo últimos 40 años. Por otro lado, el PMI manufacturero de mayo se situó en 12 puntos porcentuales por encima de lo que marca expansión (índice 62,1 puntos). Sin embargo, y como veremos a continuación, los últimos datos de inflación de Estados Unidos correspondiente a los meses de abril y mayo reavivaron el miedo a una aceleración de inflación e impactaron en los mercados financieros.

Para entender el contexto macroeconómico actual de la economía norteamericana, hay que considerar que el éxito del plan de vacunación de Estados Unidos permite acelerar la re-apertura y la vuelta a la “normalidad” de la economía en su conjunto. Sin embargo, el éxito de dicho plan tiene como contraparte otros riesgos. Los dos últimos datos de inflación correspondiente al mes de abril y el mayo estuvieron en el foco de los inversores por la aceleración. La inflación de abril fue del 4,2% interanual mientras que el último dato de mayo tuvo una mayor al mes anterior al cerrar en el 5% interanual. En ambos casos, no solo estuvieron por encima del nivel esperado por el consenso de economistas sino que alcanzaron el mayor nivel de inflación desde septiembre 2008.

Respecto al repunte en los índices de inflación en Estados Unidos, hay argumentos que remarcan que es un efecto transitorio y otros que es un efecto persistente de más largo plazo. Respecto al primer argumento, se enfoca en que, con la recuperación económica, pero sobretodo la vuelta a la “normalidad” de varios sectores se genera mayor demanda de recursos e insumos que generan “cuellos de botella” empujando los precios. Sin embargo, el argumento de una inflación persistente más allá de aumentos puntuales se basa en la expansión monetaria del último año donde hay más liquidez que cantidad de bienes empujando los precios de largo plazo.

Lo interesante es que aun con este mayor riesgo inflacionario, el rendimiento de bonos del Tesoro norteamericano se mantuvo en un rango descendente desde 1,6% a inicio de junio al 1,5% anual al momento de escribir este reporte. Como se comentó en el reporte del mes pasado, existe varios motivos que permiten mantener un equilibrio en torno a estos niveles de tasas de interés. Sin embargo, entendemos que el discurso de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) que se mantiene firme en el argumento transitorio de la inflación y que los datos de empleo aún están por debajo de lo esperado son los principales catalizadores. Para la Fed, la economía de Estados Unidos sigue estando muy lejos de los objetivos de pleno empleo por lo cual es necesario mantener la posición actual de la política monetaria acomodaticia con tasas de interés bajas y las compras mensuales de bonos para un horizonte de por lo menos los próximos dos años.

A nivel local, sin dudas las noticias más positivas vienen del frente externo por los altos precios de los commodities agrícolas. Ante este escenario favorable, el sector agropecuario liquidó en el año USD 13.301 millones lo que representa un 91% por encima del año anterior y la mayor cifra desde el año 2007. La contra cara de lo anterior, es que el BCRA en mayo compró divisas al Sector Privado por un total de USD 2.089 millones (siendo la tercera cifra más alta para un mes desde el año 2003) y acumulando en los últimos seis meses compras por USD 6.400 millones que engrosan las Reservas Internacionales (RRII).

Ante un mayor nivel de RRII, y con controles cambiarios (aunque con ciertos relajamientos en el margen), el BCRA desaceleró el ritmo de devaluación del Tipo de Cambio (TC) oficial pero también tendría capacidad de intervenir en los TC financieros. En el mes de mayo la tasa de devaluación del TC oficial anualizada fue del 15% (1,25% mensual) que representa un 25% menos de la tasa de la devaluación del mes de abril y un cuarto de la tasa en la que se deslizaba en TC a principio de año. Si bien los TC financieros (MEP y CCL) tuvieron subas importantes en los meses de abril y mayo, entendemos que el movimiento fue para acompañar la suba del TC oficial siendo que la brecha se había reducido significativamente hasta el mes de marzo. En el año el TC oficial sube 12,6% mientras que el TC financiero aumentaron 14,5% tomando el MEP y 18,2% tomando el CCL por debajo de la tasa de inflación estimada a fines de mayo.

Por el lado de la inflación, el dato de abril del 4,1% mensual representó una desaceleración respecto al dato del mes anterior acumulando en el año un 17,6%. Sin embargo, no fue un dato aislado siendo que el promedio de los últimos seis meses situó a la inflación en el 4% mensual, lo que en términos anualizado representa una inflación de 60%. A futuro, la perspectiva que refleja el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el BCRA es que se mantenga en un promedio del 3% hasta noviembre del corriente año y que cierre el año en un 48,3% anual.

Por último, la evolución de la pandemia y los altos niveles de casos y muertes aumentan los riesgos respecto al impacto en la actividad económica pero también en el frente fiscal. Hasta enero la actividad económica había recuperado prácticamente el 100% de la caída producto de las restricciones desde marzo del 2020 por la pandemia del COVID (aunque con mucha heterogeneidad). Sin embargo, los datos venideros entendemos que mostrarán nuevas caídas en la actividad debido a las restricciones de mayo y junio. Por el lado fiscal, luego del record de déficit fiscal de 6,5% del año 2020, se observó una mejora importante de los números a raíz de un crecimiento de los ingresos muy por encima de los gastos. Sin embargo, un deterioro económico y la necesidad de planes fiscales para compensar las limitaciones en la actividad debido a las restricciones, empeorarían la dinámica fiscal y podría traducirse en una mayor emisión monetario y mayor inflación.

En este contexto, seguimos privilegiando la exposición en Estados Unidos a través de CEDEARs y los activos de cobertura a la inflación en Argentina. Respecto a Estados Unidos, ponemos el foco en sectores pro-cíclicos (crecen junto a la expansión de la economía) como industrial, materiales, energía y financiero y que además han demostrado en el pasado tener mejores retornos en un contexto inflacionario.

En un contexto que no difiere significativamente del análisis del mes anterior (expansión de la economía norteamericana y baja volatilidad), aunque con mayor riesgo a nivel mundial de un aumento en la inflación de la economía norteamericana, mantenemos la distribución del portafolio por tipo de activo. Aunque, al ser un portafolio de mayor perfil de riesgo, nos permitimos incorporar 10 puntos porcentuales de activos en moneda doméstica bajando la ponderación a la tenencia en CEDEARS. Por lo tanto, proponemos en Renta Variable cerrar la posición en el CEDEAR de Amazon que pertenece al sector de tecnológicas que suelen ser menos favorecidos ante el riesgo de mayor inflación. En su lugar, proponemos incorporar el equivalente a esos 10 puntos porcentuales al FCI Premier Renta Variable cuya cartera de inversiones tiene como objetivo seguir el índice S&P Merval de Argentina. En el último mes, ante una baja volatilidad y niveles máximos en los principales índices, los inversores han volcado el flujo a mercados emergentes más rezagados como el de Brasil y Argentina impulsando sus cotizaciones. En particular el mercado argentino se podría ver beneficiado por una reclasificación en los índices de MSCI a frontera. Si bien somos conscientes que el Merval ha tenido una recuperación importante en el último tiempo (sube 15% en el mes y 40% desde mitad de mayo) y alcanzo máximos históricos en pesos, medido en dólares se sitúa en 412 puntos nivel que representa un 32% por debajo del promedio histórico del índice en dicha moneda por lo que creemos que a largo plazo sigue siendo una buena opción.

Composición del portafolio

El inversor agresivo necesita una cartera de inversión que capture importantes ganancias de capital en operaciones con elevado riesgo, pensando que esta exposición a una más elevada volatilidad será recompensada con un mayor rendimiento.

A diferencia del mes anterior, bajamos la participación en moneda en dólares ya que sugerimos en renta variable cerrar posición en un CEDEARs y sumar posiciones en acciones locales

Detalle de los activos

01.Dólares en efectivo – Cuenta Remunerada Dólar (15%)
02.Pesos en Efectivo – Cuenta Remunerada Pesos (5%)
03.FCI de commodities – Premier Commodities (10%)
04.CEDEARs (40%)
05.Discount en Pesos – DIPC (10%)
06.Global 2035 – GD35 (10%)
07.FCI de acciones argentinas – Premier Renta Variable (10%)

Conocé las principales características y ratios de estos instrumentos.

Sobre los portafolios sugeridos

Al momento de concebir estos portafolios, pensamos en inversiones de mediano a largo plazo por lo que privilegiamos la situación macroeconómica y un análisis Top Down (que comienza con una visión global, para luego pasar a la selección sectorial y por último las empresas) por sobre las compras de oportunidad. Partiendo de portafolios anteriores, mes a mes proponemos algún cambio en la composición de los mismos (en caso de corresponder) para ajustar mejor las inversiones a los hechos ocurridos en el período desde la emisión del último reporte.

Al tratarse de portafolios para Argentina incluimos solamente los activos que puedan operarse localmente aunque activos extranjeros con operatoria local como los CEDEARs pueden formar parte del portafolio ya que permiten diversificar el riesgo, invertir en sectores que no tienen representación en el mercado local y tener una posición dolarizada.

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